jueves, 12 de marzo de 2009

El sentido de lo humano

Sin ampliar tanto esta reflexión hacia el sentido de lo no humano que tal vez nos podría ilustrar igualmente alguna cosa, habría que agotar primero el ámbito del sentido humano en general. El "sentido", como energía psíquica, descansa en la coherencia y en la satisfacción de las necesidades propiamente humanas. Y así es pues, como la vida humana tiene "sentido" en la medida que tiene coherencia y se integra hacia algún propósito. Hacia algún propósito que aporte a la sobrevivencia y a la satisfacción de las necesidades de quien experimenta el "sentido" del que aquí nos ocupamos. Pero además, la vida humana al parecer, adquiere verdaderamente el "sentido" del que aquí hablamos, mientras permanezce encendido el apetito por satisfacer algo más que las necesidades básicas. Algo más que el sobrevivir. Porque lo genuinamente humano se encuentra precisamente un paso más allá de la satisfacción de las necesidades biológicas básicas como la alimentación, o el abrigo, o el resguardo y la seguridad, la salud, o las dimensiones sociales más básicas aportadas por los lazos familiares y grupales. Lo tipicamente humano en este sentido, comienza con las necesidades de afecto que se encuentran un paso más allá de las necesidades que impone el apetito sexual, y que se encuentran también un paso más allá de las necesidades que impone nuestro ser social. El amor y la amistad apelan a necesidades humanas que se encuentran en la esfera de la espiritualidad, o al menos en la esfera de lo simbólico, un paso más allá de las necesidades materiales de nuestro organismo físico. No nos basta con sobrevivir. ¿Por qué?. Porque lo humano no radica en la sobrevivencia material, sino que en las necesidades abstractas, espirituales o simbólicas, tales como el afecto social, familiar y romántico, el reconocimiento del rol, de la identidad personal, la pertenencia, la utilidad y el prestigio. Un paso más allá del placer experimentado por la satisfacción de las necesidades materiales, está el placer por la satisfacción de nuestros sentidos, y el placer por la satisfacción de nuestra curiosidad, y el placer de poner a prueba nuestros límites. La música, la plástica, la estética, y la ciencia. Un paso más allá de la necesidad material que impone la exigencia de la resolución de los problemas vinculados a nuestra sobreviviencia, se encuentra lo lúdico. Y un paso más allá de la necesidad de descanso se encuentra el placer que encontramos en la contemplación. Y algó más ocurre en nuestro lóbulo prefrontal, posible hipertrofia en la evolución de nuestro sistema nervioso central. Nuestro síndrome ocupacional. Nuestra humana necesidad de asociar y asociar y permanecer en permanente actividad explorando y experimentando todas las posibilidades que ofrecen los elementos que se encuentren a nuestro alcance. No podemos estar quietos. No podemos dejar al planeta en paz. No nos basta siquiera nuestro sistema solar. ¿Tiene sentido? El sentido de lo humano está en la satisfacción de lo genuinamente humano; la necesidad de ocuparnos. La necesidad de ocupar el tiempo que nos sobra para solamente sobrevivir. Porque si nos avocáramos solamente a la sobrevivencia, nos sobrarían las horas. Nos sobraría el tiempo y se nos abriría el vacío. Ese vacío que en el principio de los tiempos nos vimos obligados a llenar. Y el sentido profundo y trascendental de nuestra existencia de allí vino. Escapamos del aburrimiento un día y salimos a explorar.

1 comentario:

  1. Muy buenas. Encantado de conocerte, veo que me sigues el blog. La verdad que he mirado tu perfil y al ver que eres psicologo, mediador familiar etc. me ha encantado. Como habrás visto en mi perfil soy educador social y estudio psicopedagogía, osea que mi tendencia va hacia todo lo relacionado con lo educativo, en versión no formal más que nada. De verdad que espero que podamos compartir experiencias y discutir planteamientos, ya que me gusta mucho aprender y mejorar día a día.

    Para todo lo que quieras aquí tienes un ciberamigo ja ja.

    Un saludo.

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